El “phubbing” (término formado a partir de las pala
bras inglesas phone y snubbing) consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su persona.
Es un hábito descortés y de moda, los escenarios más comunes son reuniones familiares y cuando la persona está con su pareja.
En la mayoría de las ocasiones el phubber (nombre que se le da a la persona que realiza este acto) está consultando o publicando en redes sociales, comprando música, buscando un dato o mandando mensaje a alguien que le interesa más que la persona con quien está reunido.
Los promotores de la iniciativa “antiphubbing” aseguran que casi el 90 por ciento de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que cara a cara y que los restaurantes experimentan 36 casos de “phubbing” en cada sesión de cena, y advierten de que este fenómeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales al intercambio de mensajes virtuales. También prefieren expresar sus sentimientos o hacer reclamos a través de los dispositivos móviles que de frente, lo que ha favorecido a la destrucción de las relaciones
Con el término, también nació un movimiento de nombre “stop phubbing”, una campaña que busca combatir este fenómeno. Quienes dicen que en un restaurante promedio se observan 36 casos de phubbing por cena, lo que representa estar 570 días solo, cuando en realidad se está acompañado. También dice que el 97% de las personas aseguran que su comida no sabe bien, mientras es víctima de phubbing.
“Muchos de nosotros lo experimentamos con frecuencia: las personas prestan más atención a sus teléfonos que a una persona… es un problema mundial que requiere ser discutido antes de que empeore”, comentó Alex Haigh, de 23 años, el joven australiano creador de la idea de “Stop phubbing”.
Nadie dice que este mal mirar el smartphone, pero como todo en la vida el exceso es malo, mirar a los ojos es la manera más sincera y sana de relacionarse.